Una noche en el Hospital de Vivisol

La apnea del sueño, la enfermedad más frecuente

Profundo, rápido y reparador. Así es el descanso de un bebé durante sus primeros años de vida, cuando el sueño le invade cada día en varios ciclos de corta duración, que dan paso, cada noche, a la fase REM en sueños más profundos, imprescindible para su crecimiento y desarrollo. Pronto, la vigilia y el sueño van delimitando su día a día, hasta llegar a la edad adulta. Es entonces cuando el tiempo no sólo transforma su vida, también lo más importante e indispensable para vivir: una noche de descanso continua y reparadora.

Durante la vejez los despertares nocturnos se vuelven cada vez más frecuentes y de mayor duración, y los patrones sueño-vigilia se alteran. El problema llega cuando el trastorno se asocia a una enfermedad,​ como la Apnea del Sueño, que deja sin respiración a las personas que la padecen durante breves periodos de tiempo​. <<Las parejas sienten las <<paradas>> respiratorias y, por supuesto, los ronquidos que van asociados>>, explica ​Lucía Díaz Cañaveral​, neumóloga de Vivisol Ibérica, <<esa es la principal razón por la que las personas que sufren SAOS acuden a la consulta>>.

<<En la mayoría de los casos, si no es empujado por sus parejas, el paciente no sería diagnosticado>>, insiste Lucía. Ésta es una de las razones que explica el infradiagnóstico de la enfermedad: solo entre un 5 y 9 % del total de enfermos reciben tratamiento,​ según destaca la Sociedad Española de Neumología y Cirugía Torácica (SEPAR).  <<Y, aunque cada vez la gente escucha más este problema, los pacientes no suelen acudir a consulta porque la enfermedad no se manifiesta con dolor físico>>- concluye.

Para esta doctora con más de 20 años de experiencia en el tratamiento de enfermedades del sueño, ​<<lo primero es realizar una polisomnografía aquí, en consulta, para determinar el grado de la enfermedad​>>. Para llevar a cabo este estudio del sueño, los pacientes pasan una noche en el hospital, en una habitación que reúne las condiciones ambientales apropiadas para que pueda conciliar el sueño, y pierda la ansiedad que se manifiesta al dormir en un espacio con el cual no están familiarizados.

Cuando llega la noche, el paciente se encuentra en la unidad del sueño con un mobiliario único y específico para realizar la prueba: un ​micrófono​ que se sitúa sobre la almohada, una pequeña ​cámara digital​ y el ​polisomnógrafo​, un aparato compuesto por toda una serie de finos cables de distintos colores que aplican al cuerpo del paciente con pequeñas ventosas. Con él se puede conocer cualquier irregularidad que manifieste. <<Los sensores que se colocan sobre el paciente – detalla la doctora- registran la actividad cerebral, movimientos oculares y actividad muscular>>. Todo se prepara al detalle, incluso en la habitación contigua, donde el personal se instala con los equipos de polisomnografía y/o poligrafía vigilada, los aparatos de vídeo y los monitores.

De esta forma, el equipo de la unidad analiza los diversos fenómenos que se presentan durante la noche. Descubrimos la combinación y las diferentes fases del sueño por las señales encefalográficas, el tono muscular y el movimiento de los ojos. <<Estos son los datos que guían hasta el diagnóstico, la Apnea del Sueño, la enfermedad más frecuente>>, concluye Lucía.

Para el paciente termina una noche y comienza el tratamiento que apaciguará los efectos asociados a la mayoría de los trastornos del sueño.  ¿Y tú, tienes un sueño reparador?