La apnea obstructiva del sueño es más grave en pacientes con hipertensión refractaria

El síndrome de apnea obstructiva del sueño (SAOS) es la alteración respiratoria del sueño más común en la población. Está relacionada con la hipertensión resistente, un tipo de hipertensión arterial que suele mantenerse un poco descontrolada a pesar de los medicamentos.

Afecta alrededor del 7% de los hombres y al 6,9% de las mujeres de mediana edad, así como al menos al 20% de los mayores de 65 años. Además, en los últimos años se ha encontrado una forma más grave de hipertensión arterial: la hipertensión refractaria al tratamiento, es decir, aquella que no se consigue controlar a pesar de tomar fármacos antihipertensivos.

El SAOS es la alteración y desorden respiratorio más común durante el sueño. Su principal característica son los episodios recurrentes de obstrucción completa o parcial de las vías respiratorias superiores. Esto suele conducir a la hipoxia (falta de oxígeno) de manera intermitente.

Algunos estudios han determinado que la SAOS posee un factor de riesgo para el desarrollo de la hipertensión arterial, y un pobre control de las cifras tensionales, en concreto de la hipertensión resistente. En dichos casos, el SAOS puede alcanzar una prevalencia entre el 70 y el 90% de los casos.

La mayoría de los pacientes hipertensos tienen un mecanismo principal por el cual el SAOS produce un aumento de la presión arterial a través de la activación del sistema simpático, y esto, en los casos de hipertensión resistente, parece que ser la activación del eje. Sin embargo, a diferencia de la hipertensión resistente, en la hipertensión refractaria sigue siendo la activación del sistema simpático el mecanismo principal que se asocia al desarrollo del SAOS.

Los resultados del estudio que demuestra esta relación, afirma que la prevalencia de SAOS debe ser mayor en pacientes con hipertensión refractaria que en los pacientes con hipertensión resistente, teniendo en cuenta que el principal mecanismo fisiopatológico por el que se produce esta apnea del sueño es el mismo que se cree que descontrola la hipertensión arterial y que impide el buen control de la presión.

Para ello se ha desarrollado un tratamiento efectivo frente a la hipertensión refractaria, el CPAP. Estas siglas se refieren a la presión positiva continua de la vía aérea, lo que puede suponer que a través de un uso correcto de ello pueda reducirse la presión arterial. Lo que habrá que estudiar en un futuro es hasta qué punto puede ser beneficioso este tratamiento para los pacientes con hipertensión refractaria.