La apnea del sueño es una patología respiratoria en la que la persona que lo padece deja de respirar durante un periodo determinado de tiempo mientras duerme. Este periodo no suele ser muy extenso pero puede repetirse a lo largo de la noche provocando una desestructuración del sueño.
Como hemos mencionado, el cese completo de las vías respiratorias se denomina apnea. Sin embargo, si las vías respiratorias no se cierran por completo y se mantiene algo de respiración, estamos hablando de hipopnea.
Los síntomas más frecuentes que sufren las personas que padecen tanto apnea como hipopnea son fuertes ronquidos al dormir y sequedad de garganta. Además, viene acompañado de cansancio matinal, somnolencia y dificultad para concentrarse en tareas profesionales y familiares.
Causas de la apnea del sueño
Las causas de ambas patologías son las mismas. Durante el sueño los músculos se relajan, entre ellos, los de la garganta. Por lo tanto, los tejidos de esta zona se cierran y bloquean las vías respiratorias. En la mayoría de las ocasiones, esta situación es causada por un maxilar inferior corto en comparación con el tamaño del superior. Es decir, por ciertas formas del paladar que dificultan la respiración.
También puede ser por un cuello excesivamente grande o, principalmente, por obesidad, amígdalas y adenoides grandes. En conclusión, podemos decir que la causa principal es la malposición de los huesos de la cara. Por eso, según las últimas estadísticas, la cirugía podría acabar con el problema del 95% de los casos de apnea del sueño.
Cirugía ortognática facial
Como ya hemos mencionado, la apnea del sueño, enfermedad que provoca una patología en el paciente al dejar de respirar durante unos segundos mientras duerme. Este fenómeno se puede repetir a lo largo de la noche y en varias ocasiones, lo que desemboca en una desestructuración del sueño pero, ¿se puede corregir con cirugía?
Expertos afirman que la apnea tiene su origen en una malposición de los huesos de la cara, por lo que la cirugía ortognática facial podría acabar con ese problema en más del 90% de los casos.
Desde el punto de vista del tratamiento de esta enfermedad respiratoria, lo cierto es que lo más eficaz sigue siendo el uso de la CPAP (presión positiva continua en la vía aérea). El problema con este tipo de tratamiento es el uso incómodo de mascarillas faciales por parte de los pacientes. Por ello, la cirugía puede convertirse en una gran opción eliminando las alteraciones de la mandíbula que provocan en parte esta enfermedad.
Esta corrección siempre tiene que ir precedida de un estudio en profundidad de las partes óseas del paciente, así como de un tratamiento dental que la permita.