Los trastornos del sueño son más comunes en los niños que en los adultos, y su incidencia en la salud es mayor. El 7,4% presenta ronquido primario durante el sueño, y en torno a un 2 o 4% padecen síndrome de apneas/ hipoapneas obstructivas del sueño (SAHS), lo que hace que este tipo de pacientes tengan que estar muy vigilados para tener un buen estado de salud.
El desarrollo de esta enfermedad puede variar dependiendo de la diferente sintomatología que presente el niño, de su complexión, edad y desarrollo cognitivo. Los trastornos del sueño se dividen en categorías, que son las siguientes: relacionados con el insomnio, trastornos relacionados con el sueño, trastornos de hipersomnolencia central, trastornos del ritmo circadiano del sueño y vigilia, trastornos del movimiento relacionados con el sueño, parasomnias y otros.
Dependiendo de qué tipo de síntomas se presenten en la infancia, los trastornos del sueño se clasifican en cuatro categorías principales: en primer lugar, las dificultades para iniciar o mantener el sueño (insomnio), la hipersomnolencia diurna, el ronquido primario y otros problemas respiratorios del sueño, sumado a movimientos anormales del mismo.
Los que tienen mayor relación con los problemas respiratorios infantiles son los causados por el ronquido y el síndrome de apneas hipopneas obstructivas del sueño. En este tipo de dolencia, además de ronquido, los niños presentan una respiración bucal, ruidosa e hiperextensión cervical, causada generalmente por la hipertrofia adenoamigdalar que muestran. Durante la infancia este tipo de dolencia suelen ir acompañadas de un aumento del trabajo respiratorio durante el sueño y apneas o pausas respiratorias. Los despertares suelen ser frecuentes y provocan que el niño padezca de un sueño inquieto.
Sin embargo, también es importante señalar que estos casos son mucho más reducidos que en los adultos, y que por tanto se tratan de pacientes con una mayor capacidad de intervención temprana. En cambio, se asocian a problemas de comportamiento y aprendizaje, además de trastorno de déficit de atención e hiperactividad. Otra causa a la que puede asociarse es a la hipertensión arterial, arritmias, o hipertensión pulmonar, lo que puede traducirse en peor calidad de vida, e incluso obesidad.
Además, existen diferentes enfermedades relacionadas con los trastornos del sueño, y sobre todo, los expertos hacen hincapié en las dolencias en las que la prevalencia del SAHS está aumentada. Por eso, la causa más frecuente de esta enfermedad en la infancia es la hipertrofia amigdalar, especialmente entre los tres y los seis años.
Con respecto a las enfermedades neuromusculares, la prevalencia del SAHS está aumentada por otras causas: principalmente por la hipotonía que presentan este tipo de pacientes y por la menor actividad de los músculos dilatadores de la faringe. Además, la frecuencia del SAHS aumenta en las anomalías craneofaciales y en los defectos relacionados con la mandíbula. También es frecuente en casos de obesidad, acondroplasia y otros casos relacionados con malformaciones de las vías áreas.