La apnea del sueño, de la que hemos hablado largo y tendido, es una de las dolencias más comunes entre los españoles y los riesgos que supone para la salud, son más elevados de lo que podemos llegar a creer, también para pacientes con hipertensión nocturna.
Una de esas causas es la hipertensión arterial (HTA), que aumenta el riesgo cardiovascular asociado a esta. Muchas personas que puede que nos se les manifieste esa dolencia durante el día, son capaces de padecerla por la noche mientras duermen. Esto implica que los pacientes que padecen apnea del sueño y a la vez presión arterial deben estar monitorizados.
Un estudio reciente realizado a más de 18000 pacientes ha demostrado que la hipertensión nocturna es un riesgo derivado más significativo para las dolencias cardiovasculares futuros. Por todo ello, se evidencia que los pacientes que padecieran ambas enfermedades tendrían un riesgo aumentado de sufrir más infartos de miocardio o angina de pecho en un futuro.
Entonces, la pregunta es: ¿por qué las personas con apnea del sueño sufren una elevación de la presión arterial mientras duermen? Se debe a que el sistema nervioso simpático, en vez de relajarse y descender la PA, se mantiene activo durante la noche, y hace que la presión arterial se mantenga igual incluso suba.
Estos hallazgos hacen las implicaciones en las posibles soluciones que se puedan aportar a los pacientes. Existen sistemas de monitorización permiten a los pacientes que sus niveles de presión arterial disminuyan durante las horas de sueño, y el riesgo de sufrir un infarto de miocardio o similar queda mucho más controlado que sin la monitorización.
Por todo ello, el control de la salud de los pacientes y una medicación adecuada a la hora de dormir, puede ser decisiva para la mejora de este tipo de dolencias y la disminución del riesgo de padecer infartos de miocardio.