¿En qué medida influye la oxigenoterapia en la recuperación de lesiones?

La oxigenoterapia consiste en suministrar oxígeno puro a una presión superior a la atmosférica, y su eficacia en la recuperación de lesiones está demostrado que resulta muy positiva para el paciente.

Este tipo de tratamiento se extendió hace tiempo entre los deportistas de élite de todos los deportes, consiste en el suministro de oxígeno puro medicinal a una presión superior a la atmosférica, y que está específicamente indicada para tratar lesiones que se caracterizan por la hipoxia tisular, es decir, la reducción del aporte de oxígeno a las células y tejidos del cuerpo.

Esta medida se ha desarrollado como una nueva alternativa a los tratamientos de recuperación de lesiones deportivas, además de lesiones de ligamentos y músculos asociados a los rendimientos deportivos.

Este tipo de tratamiento uno oxígeno y deporte con el objetivo también de retardar la fatiga, al someter a la persona a un ambiente en el que respira oxígeno 100% puro. Esto tiene su origen en que la demanda de oxígeno que necesita el cuerpo en el momento en el que realizamos deporte es mucho mayor que en en ocasiones cotidianas, ya que el oxígeno es transportado por la sangre y se difunde con mayor rapidez en los tejidos.

Gracias a esta difusión del oxígeno en los tejidos con una mayor rapidez que de costumbre, este tratamiento actúa como estimulante del metabolismo celular y permite que las células vuelvan a realizar sus funciones adecuadamente, previniendo daños musculares y de tejidos.

El otro motivo, la recuperación de la fatiga, se recupera gracias al aumento de oxígeno en el músculo fatigado, estimulando la recuperación celular y la eliminación de sustancias que provocan la sensación de cansancio.

La oxigenoterapia también puede tener otras aplicaciones en la resolución de diferentes dolencias, como en pacientes diabéticos, con quemaduras, embolias o congelamientos.

En definitiva, este tipo de tratamiento cuenta entre sus principales beneficios con el aumento de oxígeno en los tejidos dañados, el favorecimiento de los vasos sanguíneos, la curación de heridas crónicas, la eliminación de toxinas, la consolidación de los huesos en las fracturas y la reducción de infecciones.